Medidas
adecuadas para esperar la consolidación plena de los objetivos fijados por el
Presidente.
El Presidente Ing.Mauricio Macri en el día de la fecha,
dio a conocer una serie de medidas
complementarias a los fines de asegurar que haya menores costos personales en
la ciudadanía, para atender las dificultades que se originan por el tránsito hacia
los cambios estructurales. Ello, mientras que las medidas de fondo tomadas vayan
decantando hasta lograr el objetivo
principal. Sabemos que el logro de tal meta, al cierre del 2019, es obtener un
resultado financiero primario en equilibrio o con superávit, y luego,
inmediatamente, lograr un resultado financiero secundario neutro o
superavitario (es decir, luego de incluir los intereses pagaderos anualmente por
la totalidad de la deuda financiera del Estado).
El conjunto de dichas
medidas abarca un acuerdo de precios a mantenerse durante 6 meses sobre 60
productos esenciales, con un compromiso de asegurar la disponibilidad de los
productos en los 2500 puntos de venta adheridos. También no disponer de nuevos
aumentos de tarifas de servicios públicos para este año, en la esfera del
gobierno nacional (electricidad, gas y transporte público).
Otras medidas anunciadas
consisten en establecer créditos ANSES, dentro del Plan Procrear, y una nueva
red de descuentos entre el 10% y el 25% de ANSES para 18 millones de
beneficiarios.
Establecer un nuevo régimen
de Lealtad Comercial que trate el tema de los abusos de posiciones dominantes o
de conductas monopólicas de grandes empresas.
Cortes de carne a precios
accesibles con destino al mercado local.
Instrumentar las tarifas
planas en la facturación del gas, mediante descuentos del 22% que se devolvería
en el verano.
Mantenimiento del precio de
las tarifas de teléfono celular en las líneas prepagas, durante 5 meses.
Establecer facilidades de
créditos para conexión de gas natural, para reemplazar el uso más caro de las
garrafas.
Establecer una tasa de
interés tope para las pequeñas y medianas empresas del 2,5% mensual.
Se acorta el plazo en el que
los comercios reciben el dinero de las ventas con tarjeta de créditos, pasando
de 19 días hábiles a 10 días hábiles.
Los bancos no van a cobrar
más a las PyMes la comisión para recibir
efectivo, de entre el 1% y el 2%.
Menores retenciones para
PyMes exportadoras (de un monto menor a
los 50 millones de dólares), por el incremento por encima del promedio logrado
antes de la vigencia de esta norma.
Estas medidas de índole
financiera, para sobrellevar el esfuerzo de la ciudadanía para permitir lograr
los cambios estructurales mencionados en el primer párrafo de este comentario, son
adicionales a la medida de índole
cambiaria, tomada por el Banco Central,
de congelar hasta fin de año, la banda de flotación cambiaria, quedando el piso
en $ 39,75 y pudiendo intervenir cuando el dólar supere los $ 51,45.
El Gobierno está mostrando
una convicción muy grande respecto al objetivo central de eliminar el déficit
fiscal, y a partir de dicho objetivo consolidado, atacar aspectos importantes
como reducción de la presión fiscal, para liberar las fuerzas de la actividad
privada que permitan el incremento de volumen de producción, para, a su vez, aumentar
el volumen de exportaciones.
Reducción de otros costos de
funcionamiento del Estado, sustituir importaciones de alto valor agregado,
mediante producción nacional, lo cual permitirá consolidar el superávit
comercial, y además, la creación de empleo y
muchas otras tareas a las cuales hay que abocarse pero siempre
manteniendo año a año el presupuesto nacional en equilibrio o superavitario.
Este objetivo central de no
tener déficit fiscal operativo es el que no
ha podido ser logrado a lo largo
de los últimos 80 años de manera continua, año a año.
Un presupuesto financiero
nacional saneado de manera permanente, con una inflación anual reducida y
controlada, con una volatilidad cambiaria también bajo control, por derivación de
la inexistencia de inflación.
Una atención responsable del
endeudamiento existente, con un crecimiento originado en la creación de empleo,
fruto de la mayor actividad privada a partir de una presión fiscal razonable,
seguramente también el endeudamiento existente se irá reduciendo en términos
del valor del producto bruto interno.
El Gobierno actual ha
incrementado también los subsidios, para los más carenciados, junto al
desarrollo de la obra pública encarada que permitió mejorar el acceso al agua
potable, a las cañerías cloacales, y a
las mejoras para hacer frente a las inundaciones. También se procedió a pavimentar calles que no habían recibido la
llegada del pavimento para facilitar el
acceso a la salud pública y al sistema educativo.
Nuestro país tiene una alta
probabilidad de acercarse, luego de más de 80 años, a los países que entienden
que la administración de los recursos financieros no pueden depender de la
ideología. Lo económico, lo financiero, lo gestional pasa por el deber ser. El
Estado no es sólo para los que estamos viviendo hoy. Debe ser administrado
asegurando una continuidad permanente hacia el futuro. Para ello, hay que saber
cómo se administra, y cómo podemos asegurar esa continuidad. El equilibrio
presupuestario es la esencia, que garantiza el presente, pero que respeta a los
que van a vivir en el futuro.
Los que administran al
Estado, tienen que cuidar los recursos, tienen que tener en cuenta las
necesidades de los que hoy habitan el suelo argentino, pero sin descuidar que
el Estado esté en condiciones de funcionamiento, y de crecimiento para el goce
de las generaciones futuras.
Por eso, no cabe la menor
duda, que la gestión del actual gobierno está siendo exitosa porque está
apuntando a poner de pie a Argentina para que recupere su vocación de presente
y de futuro.
En los gobiernos de los
últimos 80 años, algunos de ellos, habrán entendido lo esencial de un presupuesto
nacional equilibrado, pero no se animaron a ponerlo en práctica, porque cambiar
lo estructural es muy costoso afrontarlo, para los habitantes que viven la
tarea del cambio, y para los que gobiernan, que deberán convivir con los que
interesadamente quieren que el Estado sólo sirva para el presente, o con los
que no se animan a transitar el cambio.
Este proceso de cambio para nuestro
presente y para las generaciones
futuras debe merecer nuestra atención y admiración.
Miguel Angel Di Ranni
17.04.2019