¿Qué razones pueden esconderse tras la votación? ¿Todos los que votaron por una auténtica evaluación personal saben y tienen en cuenta qué es lo que le conviene a nuestro país?.
Dado que la votación ya se ha producido, trabajemos un poco sobre lo que le conviene al país, sea con el actual Presidente, o el que termine triunfando en la elección del 27 de octubre próximo.
Lo que es útil para el país es que el candidato que ha salido victorioso en la instancia electoral del día de ayer se preocupe de definir, con la mayor premura, los grandes lineamientos de los temas económicos que caracterizarán su eventual gestión. Mi sugerencia es que tenga en cuenta que el mundo nos mira, y que espera racionalidad del Estado hacia sus administrados, y del Estado hacia los países del mundo que se conectan con nosotros, por ser los que han participado en financiamientos, los que actúan como importadores de nuestros productos, o a quienes le llegan actualmente o en el futuro, productos nuestros. También debe tener en cuenta a los ciudadanos, para facilitarles la vida, a través de políticas que sean propicias para que dediquen su trabajo personal.
Pero es fundamental que se tenga en cuenta, que desde afuera hay interés en que anualmente, el accionar del Estado se mantenga en un equilibrio financiero entre los ingresos y egresos financieros. Hay temas pendientes, para complementar dicho equilibrio financiero como objetivo: disminuir la presión tributaria, para facilitar el crecimiento y la mayor producción, disminuir ciertos gastos del Estado que compensen la disminución de los impuestos, que se promocione las exportaciones fruto del convenio con Europa, Estados Unidos y otros países en el mundo para mejorar la balanza comercial y dar fluidez y volumen al mercado de divisas.
Es importante que se entienda que la ampliación del consumo es útil, pero que también se promueva el ahorro local para asegurar el financiamiento para el crecimiento. Que mejore la productividad de la mano de obra, mediante la tecnología y la capacitación, y la corrección normativa de las leyes laborales que existen actualmente. Debería preverse que los aportantes nuevos que ingresen al mercado laboral deberían generar su propia jubilación a través de la acumulación de sus aportes al sistema privado de jubilación. El sistema de reparto debería continuar con los actuales aportantes hasta la extinción del ciclo aporte, jubilación, fallecimiento. Debería modificarse la fecha de jubilación llevándola a los 70 años.
Debe continuarse con el proceso de gratuidad de la enseñanza primaria y secundaria, mejorando significativamente la calidad de la enseñanza y sobre todo la mejora en el aporte del educando al esfuerzo necesario para contribuir a su aprendizaje.
En resumen, Argentina debe continuar siendo predecible, con políticas racionales y sensatas. No ha sido normal que nuestro país tenga las cuentas de funcionamiento operativo del Estado, en un continuo equilibrio, es decir, sin déficit, luego de computar los costos de funcionamiento del Estado y el pago de los intereses de la deuda existente, prácticamente desde hace 70 años. La deuda contraída por el financiamiento de inversiones para obra pública, es una deuda aceptable. Lo que no lo es, cuando se incrementa la deuda por un continuo financiamiento de déficits operativos.
Respecto de la causa por la cual hubo un resultado adverso a nivel de las Paso hacia la actual administración, ha originado también, en el día de la fecha, una desaprobación de los mercados en el exterior en contra de la fuerza que resultó victoriosa. Ello significó una devaluación producida en el tipo de cambio, el incremento del riesgo país, y la desvalorización de las acciones y los bonos de nuestro país.
En efecto, los ciudadanos votaron adversamente por los costos que han recaído en nuestro pueblo en razón de los cambios estructurales que el Presidente Macri ha tenido que hacer para sanear, entre otras cosas, un presupuesto nacional que durante 70 años ha sido mayoritariamente deficitario. Dicho saneamiento ha originado muchos costos hacia la clase media y media baja, parcialmente paliado con ayuda monetaria proveniente del Estado, además de la obra pública en favor de los menos pudientes, como la construcciones de cloacas, pavimentación, veredas y rutas de acceso a distintos pueblos. Por otro lado, la crisis cambiaria en Argentina, y las devaluaciones del valor de algunas compañías argentinas, en la bolsa de NY, producidas en el día de hoy, tiene su origen en el miedo que los inversores del exterior tienen en razón de la alta probabilidad que la próxima administración vuelva a reeditar la política económica de la administración de los años 2003 a 2015, de la corrupción y de las carencias en materia de institucionalidad, separación de poderes, default sobre la deuda argentina, y falta de aceptación y convivencia con las políticas razonables que imperan entre los países en materia de negocios internacionales.
Esto significa que mientras en el exterior evaluan muy positivamente el recorrido favorable que ha hecho Argentina para corregir sus estructuras anacrónicas, internamente y hacia el exterior, a los ciudadanos, en cambio, les ha resultado insuficiente la ayuda que ha brindado el gobierno, para hacer posible el tránsito hacia una modernidad a tono con los avances que se han producido en los países más exitosos del mundo. Los ciudadanos castigan a la actual administración, mientras en el exterior castigan la probabilidad que, asumiendo un gobierno distinto, reedite lo que ha ocurrido en Argentina entre 2003 y 2015.
El desafío para la actual administración es explicar y convencer a los ciudadanos que la continuidad de lo que se está haciendo los incorporará a ellos como beneficiarios en algún momento cercano, fundamentalmente por los beneficios de una apertura al exterior y hacia la modernidad.
A la oposición, el desafío es explicitar hacia el mundo, pero con una auténtica convicción que se instrumente en la práctica, que ellos se opondrán a cualquier tipo de quebrantamiento de la ley, a respetar las libertades, la independencia de poderes, que tendrán políticas estables, con un Estado que operativamente se autofinancie, sin déficit operativo que dé lugar, permanentemente, a buscar financiamiento de terceros, en lugar de resolverlo con una reducción de los costos del Estado, que no plantee sistemáticamente reestructuración de deudas financieras de largo plazo, pretendiendo quitas fuera de los estándares internacionales, y que se combata a la delincuencia y al narcotráfico mediante programas continuos y eficientes.
Respecto de la causa por la cual hubo un resultado adverso a nivel de las Paso hacia la actual administración, ha originado también, en el día de la fecha, una desaprobación de los mercados en el exterior en contra de la fuerza que resultó victoriosa. Ello significó una devaluación producida en el tipo de cambio, el incremento del riesgo país, y la desvalorización de las acciones y los bonos de nuestro país.
En efecto, los ciudadanos votaron adversamente por los costos que han recaído en nuestro pueblo en razón de los cambios estructurales que el Presidente Macri ha tenido que hacer para sanear, entre otras cosas, un presupuesto nacional que durante 70 años ha sido mayoritariamente deficitario. Dicho saneamiento ha originado muchos costos hacia la clase media y media baja, parcialmente paliado con ayuda monetaria proveniente del Estado, además de la obra pública en favor de los menos pudientes, como la construcciones de cloacas, pavimentación, veredas y rutas de acceso a distintos pueblos. Por otro lado, la crisis cambiaria en Argentina, y las devaluaciones del valor de algunas compañías argentinas, en la bolsa de NY, producidas en el día de hoy, tiene su origen en el miedo que los inversores del exterior tienen en razón de la alta probabilidad que la próxima administración vuelva a reeditar la política económica de la administración de los años 2003 a 2015, de la corrupción y de las carencias en materia de institucionalidad, separación de poderes, default sobre la deuda argentina, y falta de aceptación y convivencia con las políticas razonables que imperan entre los países en materia de negocios internacionales.
Esto significa que mientras en el exterior evaluan muy positivamente el recorrido favorable que ha hecho Argentina para corregir sus estructuras anacrónicas, internamente y hacia el exterior, a los ciudadanos, en cambio, les ha resultado insuficiente la ayuda que ha brindado el gobierno, para hacer posible el tránsito hacia una modernidad a tono con los avances que se han producido en los países más exitosos del mundo. Los ciudadanos castigan a la actual administración, mientras en el exterior castigan la probabilidad que, asumiendo un gobierno distinto, reedite lo que ha ocurrido en Argentina entre 2003 y 2015.
El desafío para la actual administración es explicar y convencer a los ciudadanos que la continuidad de lo que se está haciendo los incorporará a ellos como beneficiarios en algún momento cercano, fundamentalmente por los beneficios de una apertura al exterior y hacia la modernidad.
A la oposición, el desafío es explicitar hacia el mundo, pero con una auténtica convicción que se instrumente en la práctica, que ellos se opondrán a cualquier tipo de quebrantamiento de la ley, a respetar las libertades, la independencia de poderes, que tendrán políticas estables, con un Estado que operativamente se autofinancie, sin déficit operativo que dé lugar, permanentemente, a buscar financiamiento de terceros, en lugar de resolverlo con una reducción de los costos del Estado, que no plantee sistemáticamente reestructuración de deudas financieras de largo plazo, pretendiendo quitas fuera de los estándares internacionales, y que se combata a la delincuencia y al narcotráfico mediante programas continuos y eficientes.
Es importante que en la política argentina se instauren acuerdos entre las principales fuerzas políticas para asegurar el bien del país, pensando en el futuro.
Que Dios ilumine a nuestros gobernantes, y a nosotros, para evaluarlos.
Miguel Angel Di Ranni
12.08.2019