Preguntas de algunos votantes (Nota 5)

¿Qué aspectos usted considera que es importante tener en cuenta para pensar bien la decisión sobre a quién votar en las próximas elecciones?

A esta altura de la evolución histórica de nuestro país todos los ciudadanos deberían tener claro que los representantes del pueblo, que este último pueden votar para que actúen como mandatarios, deben ser confiables. Por ello hemos dicho que mucho más importante que las promesas de lo que van a hacer en el futuro, los ciudadanos deben indagar en los hechos del pasado y del presente de quienes se presenten a los fines que sean elegidos. Ello como prueba de su pensamiento y comportamiento concreto en las tareas de gobierno, en cualquiera de los tres poderes del Estado en que pudieron haber actuado en el pasado.

Es importante analizar detenidamente, si existieran candidatos que tuvieran causas pendientes por haber cometido delitos, los cuales estuvieran en proceso de investigación por los funcionarios que actúan en el Poder Judicial. Hoy en día existen  constancias numerosas de haberse aprovechado de las funciones como mandatarios en algunos de los poderes del Estado, apropiándose de recursos financieros que son propiedad del Estado argentino, dejando a este último en una situación delicada desde lo patrimonial, económico y financiero. Dichos  hechos son lo suficientemente importantes como para que los ciudadanos los tengan  en cuenta, dado que las personas que así estuvieran involucradas como autores de dichos delitos, han preferido apropiarse de los recursos públicos, sin importarles de los daños graves que dichas acciones han infringido a los ciudadanos que son los mandantes. Los que hubieran cometido dichos delitos quedándose con los dineros públicos, no parecen los más indicados para volver a representar al pueblo argentino.

La decisión del ciudadano va a requerir una posición tomada, luego de un análisis profundo,  para evaluar la confiabilidad de aquellos postulantes que han cometido delitos, que tengan sentencias firmes emitidas por juez competente, o que sin tener aún la sentencia firme, tienen pendientes procesos diversos en distintas instancias, al momento de decidir su voto. 

Otro hecho que a nuestro juicio es muy importante, es si los que quieren volver a presentarse como representantes del pueblo argentino, tienen un conocimiento profundo de cómo se debe administrar un país. Este aspecto debe ser indagado muy seriamente, por los ciudadanos. Hoy en día los países, caratulados como pertenecientes al primer mundo, tienen muy claro sobre la forma  que se debe administrar  los recursos del Estado. No es viable  un país que sea presupuestariamente deficitario. Todos los años, el presupuesto nacional anual, que es esencialmente operativo, es decir, que muestra los ingresos financieros que se originan fundamentalmente por la recaudación tributaria debe ser neutro o superavitario, es decir, que los egresos financieros que anualmente deben ser computados, tanto para atender a la actividad del Estado, como también para pagar los intereses de la deuda financiera, deben ser de una magnitud que no exceda el valor absoluto de lo que se recaude impositivamente.

Hoy en día los países con adecuada conducta administrativa, se preocupan mucho y recomiendan  que un Estado, como el nuestro,  no asuma ningún egreso de fondos que no pueda estar cubierto por la recaudación anual de los impuestos que deben pagar las personas físicas o las sociedades que son sujetos que tienen la obligación de pago de dichos tributos. No deberían existir gastos corrientes que para su atención debería necesitarse la obtención de un endeudamiento con terceros . Por eso es muy importante que Argentina se abra al mundo, adoptando todos los recaudos que cualquier Estado debe tomar para dicho paso trascendente. Interactuar con otros países que muestran estándares de responsabilidad y crecimiento muy altos, asegura también, para los que están dando los pasos de vincularse con dichos países del primer mundo, que no se cometan errores en la instrumentación de las soluciones, porque ya hay países que cuando tuvieron que dar esos mismos pasos dejaron claros testimonios de qué hacer y cómo hacerlo.

Por otro lado, quien administrare los fondos públicos del Estado, debería ser igualmente celoso que la estructura tributaria fuera razonable para los que tienen que pagar dichos tributos, es decir, que las ganancias que tuvieran las empresas, tuvieran un remanente libre, de la autogeneración de fondos, luego de pagar los dividendos en efectivo, a los dueños de las empresas,  para que las mismas empresas pudieran aumentar la producción, realizar nuevas inversiones, o realizar ahorros que de alguna manera incrementaran el volumen del mercado financiero para permitir el financiamiento local de nuevos emprendimientos, que, a su vez, serían creadores de nuevos puestos de trabajo.  Muchos políticos, que se presentan para cargos electivos, carecen de conocimientos o experiencia concreta en administración financiera, previa a su participación en los actos eleccionarios, para entender que los egresos de fondos que un Estado puede asumir dependen de la recaudación tributaria del Estado, y ésta debe ser la resultante de una presión fiscal tolerable para los contribuyentes de dichos impuestos, que no impidan o cercenen el derecho de las compañías de seguir creciendo, que es la mejor opción, para que el país crezca,  mediante el proceso de reinversión de utilidades, generación de puestos de trabajo, y la eficientización de la productividad del salario y de los nuevos puestos de trabajo que pudieran agregarse fruto de la reinversión mencionada.

La actividad privada, al tener una estructura impositiva con una presión fiscal razonable, libera fondos para un proceso de aumento de volumen de la producción. De esa manera el crecimiento de las compañías se logra mediante el aumento de volumen y no a través del aumento de precios del producto o servicio que se venda. Dicho volumen va a ser canalizado al mercado interno, pero también al mercado externo. Para ello, hay que ser competitivo en materia de precios de venta en el exterior, por lo cual hay que ser más eficiente en materia de costos. Dicha eficiencia en los costos  servirá para ampliar y distribuir la mayor producción en el exterior, y también para ampliar la venta en el mercado local con precios compatibles con el salario promedio de los consumidores. Deberá también acompañarse la mejora en la competitividad de los costos mediante una reducción de impuestos distorsivos, acompañado con un proceso de reducción de los costos de las funciones del Estado.

El proceso de saneamiento de los Estados mal administrados durante muchísimos años, requiere también un lapso no menor para hacer firme y continua la reconstrucción de sus instituciones, de su economía y de su administración. Nuestros políticos, en general, han mostrado que no tienen claro cómo deben manejar los recursos financieros que se obtienen de resultas del esquema tributario existente en nuestro país. Ello, no obstante que hablan de sus virtudes para gestionar.  El populismo, en general, no pone atención en el presupuesto nacional. No le importa que tenga un déficit financiero crónico, porque en lo que realmente está preocupado es en qué negocios puede hacer el político con el Estado. Toma algunas decisiones para proveer, transitoriamente, alguna ventaja para los ciudadanos, mediante el otorgamiento de subsidios, sabiendo que dicha inconducta del incremento de más déficit, origina más necesidad de búsqueda de deuda incremental, o de emisión de moneda, si la obtención de financiamiento no se lograra. Esas ventajas producidas por el populismo tiene muy corta duración: el tiempo que demande un déficit presupuestario  en continuo crecimiento, que no logra ser financiado por quienes están alertas hacia los Estados con déficit crónico por inconducta y mala praxis. 

Miguel Angel Di Ranni
28.07.2019
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