¿Sin entrar a considerar las promesas de acciones de gobierno futuras, cómo usted seleccionaría la mejor opción de candidatos para las próximas elecciones?
Personalmente, pienso que hay que considerar esencialmente dos aspectos que minimizan el riesgo de equivocarse en la selección del mejor candidato: I. Aspectos vinculados con el deber ser, es decir, institucionales, constitucionales, legales, ética y moral; II. Aspectos asociados con hechos concretos en tareas de gobierno.
El primer aspecto tiene que ver con el deber ser, es decir, con los valores que se consideran que si no se tienen son descalificantes como modelo de selección de quienes han de representarnos para llevar adelante las tareas de gobierno: haber incurrido en actos de corrupción apropiándose de los recursos del Estado para provecho propio; haber vulnerado la independencia de los poderes; haber aceptado un doble estándar por razones ideológicas v.g. vulneración de los derechos humanos o no observar adversamente cuando se vulneran en determinados países; utilizar formas de persecución a quienes critican, o a los medios de comunicación que critican las acciones de gobierno.
Este aspecto tiene que ser resuelto por cada uno de los votantes, en el sentido de si toleraría otra vez, que uno de los candidatos volviera a actuar con los mismos valores que demostró en algún momento anterior en funciones de gobierno, que le interesó más su propio beneficio, y que ello hizo afectar severamente los resultados producidos en beneficio del país.
Este aspecto tiene que ser resuelto por cada uno de los votantes, en el sentido de si toleraría otra vez, que uno de los candidatos volviera a actuar con los mismos valores que demostró en algún momento anterior en funciones de gobierno, que le interesó más su propio beneficio, y que ello hizo afectar severamente los resultados producidos en beneficio del país.
El segundo aspecto, asociados con hechos concretos en tareas de gobierno. Miraría realizaciones concretas que se hayan llevado a cabo, no en cuanto a que me hayan beneficiado personalmente, sino que tales tareas de gobierno que se hayan llevado a cabo, sean beneficiarias para el conjunto de los ciudadanos. Por ejemplo, lograr de una vez para siempre, que no haya más aprobaciones de presupuesto nacionales que sean deficitarios a nivel total, es decir, luego de haber incluidos todos los ingresos financieros y los egresos financieros que comprenden todas las tareas de gobierno. Me interesaría verificar que la recaudación tributaria sea la resultante de una presión fiscal promedio, razonable, como para no ahogar la inversión privada en mayores volúmenes de producción, en la integración industrial de una actividad determinada; que no se hayan llevado a cabo decisiones que pueden resultar ventajas para los ciudadanos en corto plazo (v.g. precios de la energía de electricidad y gas, del suministro de agua; de las tarifas de transporte, otorgando subsidios a dichas actividades, pero que en el mediano y largo plazo, terminan afectando la existencia misma de continuidad de aquellos elementos que habían sido subsidiados, porque las empresas prestatarias de dichos servicios, al no tener las tarifas compensatorias, no han llevado a cabo las tareas de inversión para asegurar la continuidad del crecimiento de esas industrias estratégicas. Que se haya mostrado un auténtico interés en que no haya inflación, ni volatilidad cambiaria, que se fomente la inversión privada a los fines de incrementar los puestos de trabajo; que se haya mejorado el aprendizaje en la escuela primaria, secundaria y universitaria; que haya habido preocupación en la disminución de los gastos del Estado.
Miguel Angel Di Ranni
20.07.2019