Recuerdos de lecturas.
Siempre recuerdo en la época de la escuela secundaria el
libro Páginas Escogidas de Eduardo Wilde, Colección Estrada, Agosto 1958.
Una de sus lecturas se denominó Seguridad
de ser médico. Pág. 30 a 32.
“Todos
los miembros varones de la familia de Boris han tenido y tienen el instinto médico”
“Su padre era médico muy
reputado y acertado sin haber estudiado en ninguna escuela de medicina. Un tío
suyo era también excelente médico de la Facultad de Buenos Aires; uno de sus
hermanos se hizo boticario por sí solo; otro hacía de médico donde quiera que
se hallara, con ventaja para los pobres, y Boris ejercía la pequeña cirujía por intuición, y tenía la seguridad de ser
médico, aunque nada vió ni adivinó de lo que se necesitaba para ello. Cuando le
decían “qué vas a ser tú?”, contestaba: “médico”, sin vacilar”.
“Esta predisposición, se
demuestra en este relato: “
“Había en Tupiza una pobre
mujer llamada Viviana que, por haberse clavado una espina en un brazo, llegó a
tener una afección tan cruel que hizo necesaria la amputación. Todos huían de
la infeliz mujer por el mal olor de su brazo; sólo se esperaba, para hacer algo
de ella, que algún médico llegara y
quisiera operarla; llegó uno al fin, pero faltaba el ayudante; elegirlo fue cuestión
de días; por fin, se prestó a serlo el herrero a quien se consideraba
habilitado por su fuerza y por su energía; la operación se dispuso en un patio,
al pie de un sauce enorme. El médico cortó los músculos del brazo hacia arriba,
y a la vista de la sangre, repentinamente, el herrero se desplomó y el brazo de
la infeliz quedó colgado. Boris presenciaba de lejos la operación, parado en la
puerta de una cocina; cuando vio el accidente y la desazón del cirujano, corrió
al sitio y tomó entre sus manos el brazo de la mujer…¡Toda la vida recordó la
extraña y desagradable sensación que experimentó! En los tejidos blandos,
embebidos de pus, entraban sus dedos causándole la natural impresión, que
soportó; pero cuando el hueso fue cortado, el peso que tomó el brazo, accidente
inopinado, hizo que Boris lo soltara, para recogerlo después, por una reacción
enérgica”.
“Los circunstantes quedaron
admirados del valor del niño, y fue reconocida su aptitud para trances
análogos.”
“Él mismo no sabía lo que
había hecho.”
“El patio en que se hizo la
operación era el de la casa de doña Aurelia Evia de Pando. Una vieja pálida que
padecía una bronquitis crónica y pasaba su vida en una alta tarima, sobre
cueros de llama, de cabra, de cordero, abominablemente sucios por las
secreciones bronquias de la causante; Boris intentó higienizar a doña Aurelia,
pero lo más que consiguió fue que usara
una vasija.”
“Doña Aurelia era muy
aficionada a leer comedias y hacerlas representar en su sala, dándose por
autora de algunas de ellas. Por ejemplo, de “La vida es sueño” ella repartía
los papeles; dio a Boris el papel de Segismundo, que el niño representó bien, se
supone, pues aun ahora lo recita sin vacilar”.
“Entre los recuerdos de
Boris figura, muy acentuado, el del sauce de la casa de doña Aurelia, cuyas
hojas, como las de todos los sauces de la región, en cierta época del año se
cubrían de azúcar riquísima, que era un regalo para los niños. (He querido
apuntar esta particularidad)”.
Señor o señora que ha leído
estas páginas escogidas escritas por Eduardo Wilde, quiero señalarle algunos
detalles que pueden ser de su interés. Trate de ubicarlo en una biblioteca, o
si puede comprarlo. En el texto de
Páginas escogidas pueden encontrar quién es Eduardo Wilde, y muchos otros
aspectos de su vida. En el texto encontrará muchas otras páginas como En la
niebla; Armonía de las palabras con las ideas de las cosas; Boris y los
animales; Evocación; Percepción de los
Sonidos; El arte literario; El valor físico; Los estudios en Tupiza; Vicenta; La
lluvia; Tini; Mar afuera; Sueños y
visiones; Ignacio Pirovano; Bosquejo crítico; Nicolás Avellaneda; Pedro
Goyena; Carta sobre “Juvenilia”; Sarmiento y Avellaneda en una carta de Wilde;
Párrafos de un discurso de Wilde en el Senado.
Señor o señora, me
interesaría muchísimo que le pudieran hacer llegar esta entrada del blog,
dedicada a un libro como Páginas Escogidas de Eduardo Wilde, de Colección
Estrada, que fue un libro que me agradó leer en mis momentos iniciales de la
escuela secundaria, en los primeros años de la segunda mitad del siglo XX, a muchos
jóvenes, para contribuir a acentuar el interés por la lectura, la
interpretación de los textos, y fomentar el placer de seguir leyendo aun más
allá de la finalización de la escuela
primaria y secundaria, es decir, a lo largo de toda la vida de un ser humano.
Muchas gracias.
Miguel Angel Di Ranni
Doctor en Ciencias
Económicas
30.01.2021