* En cada trabajo que desempeñemos es importante tenerse fe como persona. Actuemos sin dejarnos atropellar por quienes nos quieran indicar qué debemos hacer, pretendiendo argumentar que la recomendación que nos formulan es lo mejor para el conjunto. Nadie debería indicarnos qué hacer, sin que nosotros no hayamos analizado si lo que nos indican es lo correcto, si respeta la ley, la constitución, la ética y la moral. El pensamiento individual de la persona humana siempre debe tener prioridad, si lo que nos proponen como forma de actuar es contrario a los denominados valores esenciales: las leyes, la verdad, el respeto a la vida, a la libertad, a la propiedad privada.
* Además de nuestra preocupación de que lo que resolvamos no debe ser contrario a los valores que toda sociedad organizada considera esenciales, debemos agregarle otro elemento que las sociedades de primer orden consideran fundamental. Sobre lo que hay que resolver o sobre lo que hay que decidir, es importante averiguar qué consecuencias habría de resultas de la decisión que hubiera que tomar. Un ejemplo puede ilustrar sobre lo que estamos comentando: La ley 25994 fue aprobada en el Congreso durante el gobierno anterior al actual y ello significó que se incorporaron durante el gobierno de la Presidente C. Kirschner, una cantidad de 2,5 millones de jubilados sin que tuvieran el requisito de aportes determinado por las normas generales. Por tanto, existen intereses contrapuestos al tener que decidir sobre esa excepción a la normativa general: ahí está afectado un valor importante y es el de los jubilados existentes a dicha fecha, que habían obtenido su jubilación cumplimentando todas las normas. Dichos jubilados ven debilitados la garantía patrimonial implícita que existía en el sistema a la fechas de la obtención de su jubilación, por cuanto se agregan al sistema dos millones y medio de jubilados que van a tener también su derecho a cobrar su jubilación, pero sin haber completado los aportes al sistema como disponen las normas vigentes con carácter general. Los legisladores que tienen que expedirse sobre la propuesta mencionada, no deben pensar sólo en los dos millones quinientos mil nuevos jubilados, sino en las mayores dificultades del proceso de capitalización en razón que los aportes previos a su condición de jubilado no eran los legalmente legislados.
Sobre este mismo tema, hay una tendencia en estar haciendo excepciones a las normas existentes. Debemos acostumbrarnos que cuando un tema está contemplado de una determinada forma no debemos incorporar excepciones. Porque, de algún modo, si hubiera querido hacerse excepciones, la misma ley debería haber previsto explícitamente esa eventualidad, al momento de sancionarse.
* El proceso educativo que empieza desde la escuela primaria, tiene una etapa formal, que es cuando el niño se dispone a cursar la escuela primaria y la secundaria. Dijimos que el proceso educativo es instrucción más definir un comportamiento determinado, es decir una conducta. Para ello, concomitantemente, desde la familia, deben inculcarse valores, a través de comentarios sobre la realidad que se vive, sobre la sugerencia de la lectura de algunos libros, sobre la concurrencia a las bibliotecas, sobre la lectura de revistas, diarios, y sobre lo que se escucha en la radio y la televisión. Los hábitos culturales, adicionales de los que se derivan de la concurrencia a la escuela primaria y secundaria, son fundamentales, porque dicha actitud de relacionarse, ir a un cine, a un teatro, escuchar el contenido de una canción, y similares, escuchar a los mayores comentar determinados eventos, van formando al joven y a tener su propio criterio, su propio comportamiento, su propia personalidad. Ésto es muy importante, por cuanto el proceso educativo continúa toda la vida, más allá de lo que inicialmente comenzó a través de una educación formal en la escuela primaria, y secundaria. Lo que importa es que la persona humana tenga incorporada una serie de valores que le han de permitir evaluar, adherir, o rechazar determinadas decisiones o comportamientos que se presentan en razón de su actividad laboral, social o o de ejercicio de derechos y obligaciones políticas.
Tengamos muy presente que toda la tarea intelectual, adicional a la que se instrumenta a través de la escuela primaria y secundaria, requieren desde el inicio un seguimiento, y una actitud y estímulo del núcleo familiar, que asegure continuidad, un interés permanente, y una ocupación constante. Esa actitud del niño, bajo la vigilancia de la familia, y luego por la lógica de un crecimiento personal , se transforma en una capacidad esencial para el discernimiento, evaluación y toma de decisiones para resolver situaciones de interés para la actividad privada y para el país.
Miguel Angel Di Ranni
07.11.2019
Sobre este mismo tema, hay una tendencia en estar haciendo excepciones a las normas existentes. Debemos acostumbrarnos que cuando un tema está contemplado de una determinada forma no debemos incorporar excepciones. Porque, de algún modo, si hubiera querido hacerse excepciones, la misma ley debería haber previsto explícitamente esa eventualidad, al momento de sancionarse.
* El proceso educativo que empieza desde la escuela primaria, tiene una etapa formal, que es cuando el niño se dispone a cursar la escuela primaria y la secundaria. Dijimos que el proceso educativo es instrucción más definir un comportamiento determinado, es decir una conducta. Para ello, concomitantemente, desde la familia, deben inculcarse valores, a través de comentarios sobre la realidad que se vive, sobre la sugerencia de la lectura de algunos libros, sobre la concurrencia a las bibliotecas, sobre la lectura de revistas, diarios, y sobre lo que se escucha en la radio y la televisión. Los hábitos culturales, adicionales de los que se derivan de la concurrencia a la escuela primaria y secundaria, son fundamentales, porque dicha actitud de relacionarse, ir a un cine, a un teatro, escuchar el contenido de una canción, y similares, escuchar a los mayores comentar determinados eventos, van formando al joven y a tener su propio criterio, su propio comportamiento, su propia personalidad. Ésto es muy importante, por cuanto el proceso educativo continúa toda la vida, más allá de lo que inicialmente comenzó a través de una educación formal en la escuela primaria, y secundaria. Lo que importa es que la persona humana tenga incorporada una serie de valores que le han de permitir evaluar, adherir, o rechazar determinadas decisiones o comportamientos que se presentan en razón de su actividad laboral, social o o de ejercicio de derechos y obligaciones políticas.
Tengamos muy presente que toda la tarea intelectual, adicional a la que se instrumenta a través de la escuela primaria y secundaria, requieren desde el inicio un seguimiento, y una actitud y estímulo del núcleo familiar, que asegure continuidad, un interés permanente, y una ocupación constante. Esa actitud del niño, bajo la vigilancia de la familia, y luego por la lógica de un crecimiento personal , se transforma en una capacidad esencial para el discernimiento, evaluación y toma de decisiones para resolver situaciones de interés para la actividad privada y para el país.
Miguel Angel Di Ranni
07.11.2019