Los políticos, muchas veces
traducen mensajes que prueban que no conocen los criterios para administrar
recursos de cualquier tipo de ente, que incluyen, naturalmente, a las
múltiples funciones de un Estado. Los políticos deberían estudiar una carrera
universitaria vinculada con las ciencias económicas, para que cuando postulen
algo que suene lindo a los oídos de los votantes, pero que significa que hay
que incurrir en mayores erogaciones,
digan también cuál puede ser el origen de los fondos, que no tenga
contraindicaciones evidentes, para
financiar dichos incrementos de gastos.
Algunos dicen que la
flexibilización laboral es un retroceso,
otros dicen que nuestras vidas valen más que sus ganancias, otros que no
debería haberse pagado a los fondos buitres. En otras publicidades políticas
cuestionan la actualización de las tarifas, propugnan una jornada laboral de 6
horas, durante 5 días a la semana. También se hace mención a que hay que frenar
la reforma de los secundarios que propone el gobierno actual, pero que fue
instaurado durante el gobierno anterior. También se dice que la Ciudad tiene el
triste record de mayoría de egresados de la escuela privada, poniendo énfasis
en que el compromiso es por la educación pública.
Vamos a tratar, técnicamente,
cada una de dichas afirmaciones, para que se sepa las consecuencias de cada una
de ellas.
La flexibilización laboral no
está significando cambiar las normas del derecho del trabajo, sino que, para determinados proyectos
sectoriales, que impliquen nuevas inversiones, y por ende muchos puestos de
trabajo potenciales, a los fines de hacerlos viables mediante la llegada de
inversiones que son de capital intensivo, es necesario que el costo laboral
pueda competir con los que se verifican en otros países, y ello se logra
fijando criterios según productividad, o fijando remuneraciones o cargas
sociales patronales, compatibles con las observables en el orden internacional.
En Argentina a través de los años se han obtenido “conquistas laborales” que
lejos de ir a favor de la creación de
nuevos puestos de trabajo, se produjo exactamente el efecto inverso.
Especialmente en el caso de las pequeñas empresas, han preferido abstenerse de ingresar personal
adicional, por el riesgo que, ante la eventualidad de un distracto, las
indemnizaciones a pagar dejarían a dichas empresas en cesación de pagos, o en
serias dificultades económicas y financieras. Si se tuviera en cuenta los
criterios que se aplican en los países más avanzados en el mundo, en los
momentos actuales, en todo lo atinente al mercado del trabajo, no existiría
trabajo clandestino sino una plena registración de quienes realizan una
actividad laboral, y una inmediatez de realocación en otros trabajos en caso
que un trabajador se quedara sin actividad laboral.
En relación a lo que se dice “Nuestras
vidas valen más que sus ganancias”. En el Estado, no se persigue la ganancia,
sino que no puede dejar de manejarse como corresponde el flujo de ingresos
monetarios y de egresos monetarios que constituyen el presupuesto nacional. Es
una obviedad pero claramente sorprende que pueda proponerse un plan de actividades
muy ambicioso que debería tomar a su cargo el gobierno de turno, sin
preguntarse, previamente, sobre el
origen de los fondos, esencialmente, los ingresos por los impuestos vigentes,
sobre el nivel de presión fiscal, sobre la sustentabilidad transitoria del
déficit fiscal.
Referido a “No deberían
haberse pagado a los fondos buitres”.
Cualquier Estado serio, que contrajo deuda, no puede negar que dicha deuda es
la consecuencia de haber ingresado fondos, en algún momento anterior, en el país, por parte de quien consideró
viable financiarnos. Por lo tanto, es de estricta justicia, para el acreedor,
que recupere el capital que originariamente había prestado. Para nuestro país,
además, si cumplimos con nuestros compromisos, seremos creíbles, y nos volverán
a prestar dinero cuando haya que financiar las inversiones públicas que son
necesarias para el bienestar de nuestro país.
En lo que hace a la “actualización
de las tarifas”. Cuando un Estado quiere que siga funcionando con normalidad,
el tema energético es clave. Nos hemos quedado sin reservas de energía, porque
las tarifas que se cobraban a quienes la consumían eran irresponsablemente
bajas, de tal manera que las empresas que producían la energía dejaron de hacer
inversiones porque las tarifas no eran compensatorias en absoluto de las
mismas. Ahora hay que recuperar las reservas de energía no renovable, por lo
cual hay que hacer grandes inversiones, y para ello las tarifas de energía
tienen que actualizarse a niveles que puedan pagarse la ejecución de proyectos
de alto capital intensivo. No obstante, hay 3,5 millones de consumidores a quienes
las tarifas que se han determinado son “tarifas sociales” y no son
compensatorias del verdadero costo de la energía consumida.
Los que propugnan “una jornada laboral de 6 horas, durante 5
días a la semana”, no entienden cuál es el problema de la Argentina. El
problema de la Argentina es que hay que trabajar con eficiencia, mejorando la
productividad de los puestos de trabajo para poder recuperar la brecha que nos
separan de los países del primer mundo. Para recuperar la brecha con dichos
países hay que trabajar con mayor productividad que la que logran en dichos
países. Para poder tener un presupuesto nacional equilibrado debemos exportar
más que lo que importamos, para ello necesitamos exportar más productos de la
agro industria, y sustituir importaciones de alto valor agregado con producción
local de alto valor agregado. Para ello se requiere incorporar tecnología que
haga el trabajo local más productivo. La jornada laboral de 8 horas es
necesario mantenerla, pero mejorando la productividad de los puestos de trabajo
para poder competir con la producción internacional.
Hay publicidad política que brega
por “hay que frenar la reforma de los secundarios que propone el gobierno
actual, pero que fue instaurado durante el gobierno anterior”. Claramente el aprendizaje ha decaído
muchísimo en los últimos 40 años, por lo cual hay que recuperar la eficiencia
del mismo. El aprendizaje debe fundamentarse en lograr una dedicación de muchas
más horas por día del alumno en la lectura de textos que recomienden los
docentes; en mejorar la capacitación de los docentes; y en establecer contactos
de los alumnos con la realidad para lograr una mejor captación de ella por
parte de los alumnos
La escuela pública es necesaria,
como también la escuela privada, en la medida que ambas tengan calidad en la
enseñanza, y logren resultados satisfactorios de los educandos, en el marco de
esfuerzos compartidos por los que enseñan, y por los que aprendan. Hay que lograr mejores resultados en el proceso
enseñanza aprendizaje, y la calidad de los resultados debe mantenerse en el
tiempo.
Miguel Angel Di Ranni
04.10.2017