EL ESTUDIO Y EL TRABAJO COMO FACTORES DE
CRECIMIENTO
El esfuerzo en el trabajo no debería estar supeditado a la remuneración acordada con quien nos ha contratado. El crecimiento de la empresa que nos ha incorporado depende mucho de nuestra incondicionalidad, dedicación y creatividad laboral. Es bueno para el país, es bueno para los dueños de la empresa en la cual trabajamos, es bueno para nosotros que trabajamos en la empresa, que a la misma le vaya bien. Debería ser objeto de admiración toda empresa que tenga como resultado haber ganado, puesto que ello significa que ha agregado valor en el mercado, al punto que hay muchos clientes que han seleccionado nuestro producto o servicio para satisfacer sus necesidades.
Es bueno para los que
estuvieran trabajando en una empresa que gane dinero, porque las personas que
trabajan allí están más seguros en cuanto a la estabilidad del puesto de
trabajo, en cuanto a la movilidad creciente del ajuste del salario, en cuanto a
las oportunidades de crecer en la responsabilidad de las tareas que
desempeña. Hay muchas organizaciones, cuyo objeto social no es
comercial, sino que las razones de su constitución consisten en
cumplir determinados objetivos, no mensurables en dinero. Pero cumplir dichos
objetivos, es asimilable a ganar dinero para las empresas comerciales.
Nuestro país va a
volver a recuperar su mística si termina entendiendo otra vez que el
crecimiento de un país tiene que ver en que todos, dueños, trabajadores, clientes,
proveedores, ponen lo mejor de sí para hacer con calidad, con coraje, garra,
voluntad, tenacidad, el bien o servicio que procura la empresa. Los
representantes gremiales deben procurar que se trabaje con bríos, porque ello
genera mayores posibilidades que sus representados progresen en las distintas
posiciones.
En el proceso de desarrollo de un trabajo siempre es útil entender claramente el alcance de la tarea que habitualmente debe llevarse a cabo. Existe lo que se llama "job description", es decir, descripción del puesto. Pero también existen siempre en toda tarea zonas grises que pueden corresponder válidamente a más de un trabajo entre los que se llevan a cabo.
Esas zonas grises constituyen una gran oportunidad para incursionar en otros aspectos de la tarea a desempeñar, a los fines de incorporarla como tarea propia. Cuando existe en algunas personas que integran la dotación de los que están en relación de dependencia, un interés en formular propuestas, reflexiones, más vinculados con el perfil del negocio en el que actúan, que con la descripción del puesto original al momento de su incorporación, ello debería ser canalizado con prudencia a la autoridad respectiva, porque podría ser interpretado como un intento de llamar la atención de sus superiores, más que una modalidad de comportamiento asociado con un auténtico interés en el negocio. Con prudencia, pero siempre se debe tener valentía para formular la propuesta o reflexión.
Recuerdo cuando era un joven profesional, en el área de administración y finanzas de una empresa dedicada a la fabricación de tubos sin costura, que en un viaje a Estados Unidos de América, en un estudio jurídico, tuve que trabajar varios días con sus abogados, y me sorprendió gratamente cuando comprobé que todo el mundo trabajaba ocho horas por día, pero solamente hacían eso, trabajar, sin ocupar tiempo para comentar temas de deportes o lo que había hecho cada uno durante el fin de semana, o algún otro tema diferente a los propios del trabajo. Pero esa contracción a los temas específicos del trabajo era totalmente que nacía de los mismos trabajadores, no porque hubiera un control sobre el uso del tiempo. Ello surgía de un convencimiento que trabajar era lo que correspondía, para hacer crecer al estudio jurídico, porque se podían atender y resolver sobre varios casos a la vez, y porque ellos sentían que la resolución de los casos mejoraba sus expectativas y también era bueno para el país, en su conjunto En nuestro país, debería recuperar esa mística que tuvieron nuestros abuelos cuando vinieron de Europa, que trabajaban de sol a sol, para lograr sus sueños en un lugar en donde no había guerra, sino una paz absoluta, una felicidad de la sencillez que encontraron en la gente de acá, que se veía bien cuando se obtienen buenos resultados, que se esmeraban intensamente para trabajar a favor del dueño del negocio en el cual trabajaban.
No pudieron estudiar, pero lograron poner su propio negocio, comprar su casa para vivir con la familia, cristalizando en los hijos y nietos el sueño de haber cursado la escuela primaria y secundaria, y muchos de ellos pudieron cumplir con su título universitario. La sencillez no les impidió tener valores muy arraigados. La decencia, la educación, trabajar para progresar, amar el país de adopción, sin pedirle nada; mejorar todos los días. Hagamos que nuestros niños sepan que la educación es el camino para valerse por si mismos sin tener que acudir al Estado. Lo mejor que se puede hacer por los niños y jóvenes es lograr que estudien con dedicación y profundidad respetando los valores de nuestra constitución, de las leyes, de la ética y de la moral.
Es muy importante que se converse con los niños para interesarlos, gradualmente, en el maravilloso mundo de la lectura. Que ellos escuchen a sus padres que les expliquen que todo tiene la posibilidad de ser hecho como medio de entretenimiento: jugar con los amigos, hacer deportes, leer, comentar lo que se ha leído.
Durante la etapa de la niñez y la adolescencia se le suele decir a los hijos que primero está el deber y después el placer. Entre estos últimos debería contarse a la lectura de libros apropiadamente elegidos por los padres, de acuerdo a la edad que vayan teniendo.
La educación primaria debe procurarse que sea aprovechada por el niño. Debería procurarse que algún tema que se haya leído en su casa este lo comentara con sus maestros, a los fines de lograr un ambiente de interacción en torno a la lectura, que seguramente se retroalimentaría más frecuentemente.
En la escuela secundaria probablemente existe un programa de lectura de libros de autores conocidos, y es una buena idea procurar que los jóvenes le relaten a sus padres la temática de cada uno de los libros señalados y las reflexiones que le han merecido.
La culminación de la escuela secundaria debería coincidir con el hecho que el joven debería tener ya la inquietud incorporada, de tener a la lectura como un hábito permanente en su vida, que es esencial para continuar con su proceso autoeducativo. Esto es muy relevante por cuanto si el joven no continúa con estudios universitarios, el hábito de lectura que ya tuviera incorporado, de resultas de la educación pre primaria, primaria y secundaria llevada a cabo, será lo que le permita luego, seguir creciendo en el proceso educativo durante toda su vida.
Miguel Angel Di Ranni
02.09.2020