El Estado debe dar las condiciones adecuadas para que la actividad privada vea mayor previsibilidad de las variables macroeconómicas. Pero la actividad privada debe aportar un comportamiento sensato en su accionar.
En este momento el Estado está intentando lograr que al cierre de 2019 el presupuesto financiero nacional muestre un resultado fiscal primario neutro, es decir, sin déficit. No obstante, la situación final de dicho presupuesto implicará que luego de pagar los intereses de toda la deuda financiera del Estado, correspondientes a dicho ejercicio anual, el déficit fiscal secundario mostrará un déficit de 20.000 millones de dólares.
Como se comprenderá, luego de 2019 se deberá alcanzar el equilibrio fiscal, a nivel del resultado fiscal secundario para lo cual el Estado tiene que dejar de pagar subsidios a los consumidores de energía eléctrica, gas y transporte. Hoy en día se pagan a 19 millones de ciudadanos todos los meses por aspectos vinculados con costos previsionales, sociales, de energía y transporte.
En 2019 la presión tributaria medida en términos de porcentaje del PBI alcanzará un nivel del 26,2%. Por tanto el proceso en que el Estado debe aportar, es la reducción de la inflación, la estabilidad de la moneda local frente al dólar estadounidense, la disminución gradual de la presión fiscal, de la tasa de financiamiento en pesos, y la reducción del valor del riesgo país, el cual en esta última semana ha caído 100 puntos básicos, pasando de 829 a 729.
Los empresarios deben asumir la responsabilidad de evitar las remarcaciones de precios las cuales se producen cuando se verifica la existencia de inflación, pero también, cuando se producen cambios en la cotización de los pesos en relación al dólar estadounidense. Esta última por la pretensión de querer sostener el precio relativo en dólares estadounidenses, utilizando como momento de la comparación inicial una fecha en la cual el valor de la cotización del peso en relación al dólar estadounidense implicaba una sobrevaluación en la moneda extranjera por cuanto el tipo de cambio no era muy competitivo. Se percibe que muchas veces se producen remarcaciones que duplican el efecto, dado que el índice de inflación recoge el efecto de las remarcaciones que se producen bajo la pretensión de ajustar en pesos, pensando en el mismo valor unitario en dólares estadounidenses, llevándolo desde la cotización previa a la devaluación hasta el valor resultante cuando se tiene en cuenta la expresión en pesos a posteriori del acto devaluatorio.
Estimamos que el Estado debería solicitar, a los responsables o formadores de precios, los fundamentos de las remarcaciones que se producen en los supermercados a los fines de verificar la seriedad con que se producen los ajustes de precios en pesos. Una manera de evidenciar los abusos en la fijación de los precios de venta de los productos, es verificar la evolución del patrimonio neto de cada compañía medido en dólares estadounidenses, sumando a dicho patrimonio las distribuciones por dividendos en efectivo, calculadas en cada momento de la misma. Ello permitiría evidenciar el crecimiento del patrimonio en dólares, es decir, la rentabilidad en dólares que se hubiera producido, y cuán lejos se encuentra dicha rentabilidad, de una rentabilidad en dólares promedio, en la misma moneda.
La oposición de los demás partidos políticos no puede ignorar un objetivo que se ha planteado en la actual Administración, de lograr un presupuesto financiero sin déficit fiscal. Ese objetivo no puede no ser compartido por cualquiera que pretenda ser elegido como gobierno. Si persiste el déficit fiscal, hay que financiarlo, por lo cual tenemos un riesgo en caso que no existiera financiamiento disponible, y ello puede desencadenar una situación de crisis. O, lo que sería peor, hay que emitir dinero, lo cual genera inflación. Esta alternativa ni siquiera debería ser computada como algo factible, dado que es algo que va contra las sanas reflexiones válidas para administrar un Estado. La misma oposición aprobó una ley en el año 2018, que felizmente fue abolida por el Poder Ejecutivo. Dicha ley consistió en retrotraer los incrementos de tarifas de energía que fueron puestos en vigencia desde 2017. Ello hubiera significado haber tenido que incrementar los subsidios a cargo del Estado, lo cual hubiera determinado que nos hubiéramos alejado del déficit fiscal 0 (cero).
Una vez que se reduzca la inflación, y por lo tanto pueda reducirse el costo del financiamiento en pesos, a la par que se elimine la volatilidad de la cotización del peso en relación a la moneda extranjera (dicha evolución de la cotización debería ser consistente con el porcentaje de inflación anual, a los fines de mantener la competitividad en materia de las exportaciones), ello determinaría también, la reducción del valor del riesgo país.
Las acciones que deberían encararse, luego, son las siguientes:
- Ir reduciendo gradualmente la presión impositiva, a la par que se vaya reduciendo el costo del financiamiento en dólares, la eliminación de los subsidios por las tarifas de energía, de transporte, y los pagos periódicos por asistencia social generalizada.
- Debería comenzar a aplicarse un sistema de jubilación privada a través de los que ingresan al mercado laboral, como nuevos aportantes. De esas manera, el sistema de reparto continuará siendo administrado por el Estado, hasta que con los años dicho sistema desaparezca.
- Con la combinación de la reducción del riesgo país, de la inflación, y de la tasa de financiamiento en pesos y en dólares, combinada con el sistema de jubilación privada, se podrá ir generándose un mercado financiero local, el cual podrá ser utilizado como opción frente al mecanismo del financiamiento con dinero ingresado desde el exterior. También seguramente, podría reingresarse al mercado financiero argentino, los ahorros en divisas que se han mantenido en el exterior, no obstante que estuvieran formalmente reconocidos en las liquidaciones de los impuestos que están vigentes en la República Argentina.
- Deberán establecerse promociones fiscales por plazos acotados no renovables, a todo nuevo emprendimiento que implique aportes de fondos que mejoren el valor agregado de las exportaciones, o que logren sustituir importaciones.
Estimamos que es el momento de pensar qué podemos hacer nosotros por la República Argentina, mediante el aprendizaje de lo que nos enseñan en la escuela primaria, secundaria y universitaria.
Seguir leyendo ávidamente para despertar nuestra inquietud y realizar propuestas que ayuden al crecimiento.
Contribuir a mejorar la productividad en toda actividad de producción y servicios que encaremos.
Tengamos la confianza de impulsar un sostenido crecimiento para el orgullo de todos los que participan en dicho logro.
Miguel Angel Di Ranni
06.01.2019