Conversaciones con alumnos en la Universidad. 2da. Parte. Las personas físicas como factor fundamental de cambio para volver a la legitimidad y a la legalidad.
Un ex alumno me encuentra de casualidad, a la
salida de los tribunales, y me hace referencia a un intercambio de ideas que
tuvimos hace algunos meses, cuando me referí a la independencia de los Poderes,
y la independencia de las personas que lo integran, y al interrogante planteado
en el sentido si había remedios para la desmesura desde algunos de los poderes
que puede dañar a la República.
-La verdad profesor, que me hizo pensar
bastante en ese intercambio de ideas, cuando usted pone el acento en la
importancia de cada persona física desempeñando un rol, en una organización
empresaria, Sociedad, o en cada uno de los poderes de un Estado, y el énfasis
en los aspectos educativos y de capacitación sobre la Constitución Argentina, y
el sistema jurídico de nuestro país, a nivel de la educación primaria,
secundaria y universitaria. Aun su
prédica en cuanto al mantenimiento del sistema de valores , como prioridad
frente a la ideología; sobre la
necesidad que los legisladores tengan una capacitación obligatoria en cuanto a
las disposiciones constitucionales, y también, sobre aquello que había puesto
mucho énfasis, en el sentido que debería establecerse,
también, con total precisión las
penalidades que son susceptibles de ser aplicadas a quienes, de acuerdo a las
previsiones del artículo 29 de la Constitución Nacional, consientan facultades
extraordinarias al PE, o le otorguen la suma del poder público.
- Estoy muy convencido de dichas reflexiones.
Mire yo le voy a decir que durante mi educación primaria en una escuela del
Estado había una parte, dentro de los programas que se usaban en aquellos años,
en la cual se planteaban lo que yo guardo en mi memoria como lecciones,
sociales o de urbanismo, de buena
educación, esto último como forma de exteriorizar la conducta de cada
individuo. Ceder el asiento a una dama o a un anciano, ayudar a cruzar la calle
a un niño o a un no vidente, recurrir al policía de la esquina ante cualquier
problema que pudiera ocurrir en la vía pública, no destruir los monumentos públicos,
no arrojar papeles en la vía pública, no pintar las paredes ajenas con leyendas
de cualquier tipo, y muchos otros ejemplos similares. Hoy después de muchísimos años de aquellas
vivencias, aún las recuerdo. Ni qué decir, sobre las lecciones de educación
democrática, ya en la escuela secundaria, de instrucción cívica en el tercer
año comercial, o instituciones de derecho público ya en la educación
universitaria. Estoy convencido de la importancia de instrucción y de la
educación reflexiva sobre todos los aspectos que se pueden englobar en los
“valores”, es decir, la ética, la moral, el respeto a las leyes, y a la primera
de dichas leyes, jerárquicamente hablando: la Constitución. Estoy convencido
también en la importancia de las personas físicas para frenar todo desvío que
se pudiera intentar, en el funcionamiento de las instituciones. Hoy en día, el
mundo es muy complejo, y se necesita que las personas que actúan en cada uno de
los poderes de un Estado, en un ente, en una organización, aunque no se les
requiera, en una gran mayoría, una educación formal determinada, sí es
necesario, que durante el lapso del ejercicio de las funciones, haya que
asistir obligatoriamente a determinados cursos, para cubrir determinados contenidos,
especialmente en cuanto a un conocimiento bastante profundo de nuestra carta
magna. Dicha capacitación debería venir también, desde la educación primaria y
secundaria, en la cual se debería advertir claramente, sobre la importancia que
la persona física que actúa en cada uno de los poderes del Estado, tenga
autonomía de los partidos políticos, en cuanto al análisis que debe hacerse
sobre la constitucionalidad, la legalidad, la razonabilidad de las decisiones,
el mantenimiento de la independencia de los poderes, el no ser permeable al
poder que pudiera buscar la suma del poder público.
-Pero no cree que en el funcionamiento de cada
uno de los poderes se procura lo que los políticos llaman fidelidad al partido
político al cual al cual se pertenece, y por lo tanto, no se ve razonable que
dicha persona física se oponga a un proyecto que ha sido presentado por otras
personas que pertenecen al mismo partido político.
-Justamente esa es una de las cosas en las
cuales las personas físicas que participan en cada uno de los poderes deben
entender de manera diferente. Las personas físicas tienen que tener el
convencimiento que su propia instrucción, su propia educación, su propio pensamiento tiene una validez principalísima
en la ejecución de su actividad profesional, o su actividad como legislador, o
su actividad como funcionario dentro del poder ejecutivo. Recién puede
prestarse atención a su ideología, o su
pertenencia a un partido político, cuando previamente se tenga la certeza de la
constitucionalidad de lo que intenta llevarse a cabo, de su legalidad, de que
no se quebranta la moral ni la ética. Cualquier persona física no puede ayudar
o compartir una ideología, o ayudar a impulsarla o mantenerla, si los
principales ideólogos que la sustentan están sospechados de corrupción, si no
contestan o no dan información sobre las imputaciones que se les hace, si
no contestan toda vez que se le hacen acusaciones o denuncias
en contra de dichos ideólogos o de las personas que están cerca, o sino no se les reclama una licencia hasta que queda
clara su situación respecto de las acusaciones que se le formulan. Es muy grave
llevar adelante proyectos que contrarían la Constitución, las leyes, los
acuerdos internacionales, la moral o la ética, o que los que lideran dichos
proyectos se apropian de los recursos
del Estado, encareciendo el costo de llevar a cabo dichos proyectos. No debe
ser aceptable quedarse con los recursos de la Nación, apropiándose de lo que
fue conseguido con el esfuerzo del pueblo o el aporte de los recursos fiscales
de los que contribuyen al sistema impositivo de una nación. Las personas físicas
son las que han dado el mandato a las autoridades de cada país, para que los
representen, y es a dichas personas que los representantes deben respetar,
cuidándoles sus recursos financieros. Las personas físicas no deben tener temor
de exigir la rendición de cuentas a toda persona que maneja recursos ajenos.
Esta última sabe, como mandatario, que tiene que dar explicaciones a su mandante.
-¿Pero usted realmente cree que las personas
físicas que tienen a su cargo determinado rol tienen la capacidad técnica y la
fortaleza de actuar como evaluadores de la constitucionalidad, legalidad, de
aspectos éticos, y morales de los proyectos que luego se convertirán en
decisiones?
-Yo estimo que el hecho que los requisitos que
se fijan para poder participar, por ejemplo, como representantes del poder
ejecutivo y el legislativo sean mínimos, desde lo formal educativo, no
significa que el pueblo se deba resignar
a no poder bregar para mejorar la calidad institucional. Debería lograrse
que los legisladores, y los miembros que participan en los distintos estamentos
del poder ejecutivo, deberían cumplimentar a lo largo de sus respectivos
mandatos, la asistencia a cursos sobre derecho constitucional y administrativo,
ética, moral, importancia de la independencia de los poderes, de la libertad, de la libertad de prensa, del
derecho a la propiedad, de la irretroactividad de las leyes. Sobre penalidades
posibles para quienes faciliten el logro de la suma del poder público, para
quienes deleguen funciones de un poder a otro poder, para quienes hayan
aprobado algún proyecto que fuera manifiestamente inconstitucional, para
quienes en uso de licencia por ejercitar funciones ejecutivas en las
jurisdicciones locales, retornan a la función originaria a los fines de
asegurar determinada cantidad de votos positivos, y muchas cosas más de similar
naturaleza.
- Yo coincido bastante con usted profesor.
Usted de alguna manera está afirmando que en determinados aspectos esenciales,
que hacen a la calidad institucional (cumplimiento de las normas
constitucionales, de las normas legales, de los tratados internacionales, de
ética y de moral) todas las personas deberían actuar como garantes de dichos
valores, y esa homogeneidad tiene que darse con independencia del color
político que tengan cada una de dichas personas físicas. En realidad creo que eso es lo que hace
crecer a un país, y que todos los que quieran involucrarse con nuestro país,
sepan que hay un apego absoluto a las normas vigentes, para lo cual en dicha
estabilidad institucional y normativa, sustentable a través de los tiempos,
renacerá la confianza en el país y en la perdurabilidad de las normas, y que
cuando haya que cambiar dichas normas, nunca implicará que se pueda afectar
derechos adquiridos. El respeto a la división de los poderes, al derecho de
propiedad, a la libertad de prensa, a la igualdad ante la ley, a la aplicación
de las previsiones penales para quienes hicieren actos de corrupción, le dará
previsibilidad a nuestro país, disminuirá el riesgo país, y ello atraerá inversiones
de largo plazo que hará posible acelerar los cambios que puedan proveer mejor
calidad de vida, acceso a la educación, a la salud y a una retribución
previsional que contemple todas las disposiciones legales que se hayan emitido
en la materia.
-Me agrada sobremanera lo que me comenta. Usted
ha hecho una síntesis a la cual adhiero sobre la necesidad de volver al Estado
de derecho y al recupero de los valores. Estimado colega, yo creo que es importante que
las personas físicas se den cuenta que el comportamiento socialmente
responsable, obliga a que tanto el Poder Ejecutivo, como el Poder Legislativo y
el Poder Judicial, sepan que hay un organismo de control mucho más importante
que los demás organismos de control que se han establecido constitucional o
legalmente. Y me refiero a un organismo de control constituido en los tres
poderes, y en cualquier otro lugar de la República, que son las mismas personas
físicas que encarnan a cada uno de los tres poderes, pero que están por encima
de ellos en cuanto a la indagación y convencimiento que cada acto que pasa a
través de ellos, cumple con las condiciones de constitucionalidad, legalidad y
moral y éticamente adecuados como para que puedan adherir a dicho acto, por
íntima convicción y no porque lo estén impulsando el propio partido al cual
pertenece dicha persona física.
Es como que cada persona física deje bien en
claro que antes de obedecer por la ideología “quiero estar seguro que somos
socios también en el respeto a la Constitución, a las leyes, a la moral y a la
ética. Si lo que me pides por tener una ideología común, no respeta la
Constitución, las leyes, la moral o la ética, entonces desde este mismo
momento, hemos dejado de ser socios en la ideología. Pero seré un adversario
obstinado para impedir que se lleven adelante
las vulneraciones a la Constitución, las Leyes, a la moral y a la ética”.
Bueno, tengo
que entrar en este edificio en el cual tengo una reunión con unos colegas con
los cuales debemos hacer una propuesta de servicios profesionales a una empresa
que requieren que elaboremos un manual de normas y procedimientos vinculados
con el área de compras, cuentas a pagar, pagos. Seguramente nos veremos en algún otro
momento, en esta zona de Tribunales, en la cual, por lo visto, tanto usted como
yo, desarrollamos nuestra actividad laboral, como profesionales.
Miguel A. Di Ranni
19.05.2013