La vida implica desafíos de alcanzar objetivos pero no usando cualquier medio, sino con las restricciones de moverse dentro del perímetro de las normas y valores de la mayoría de las comunidades institucionalmente organizadas. Y ese es el desafío, justamente: alcanzar los objetivos pero teniendo en cuenta las restricciones que definen el deber ser.
El líder, en los equipos de trabajo, debe dar señales claras, a través del lenguaje verbal, y del comportamiento, sobre que la inteligencia de sus colaboradores debe consistir en lograr el óptimo pero respetando las reglas y los valores. La propuesta de alternativas debe consistir en explorar cursos alternativos de acción, dentro de la Constitución, la ley, las reglas y los valores. Muchas veces los colaboradores pueden llegar a presentar propuestas cuyo óptimo se logra a través de la transgresión de los valores, en un sentido general. Dichas propuestas deben ser rechazadas de plano, incluso públicamente, cuestionando la inteligencia del proponente, dado que el axioma debe ser la búsqueda del óptimo dentro de lo permitido por los valores.
Claro está que la mejor prédica es el ejemplo. Es la exteriorización fáctica de la conducta. Es la posibilidad perpetua de resistir cualquier archivo en la búsqueda de nuestros adversarios.
La sensatez está dada por el alineamiento inmodificable, y permanente de aceptar la Constitución, las leyes, las normas y los principios y valores, sin ninguna excepción, para que en ese contexto, se puedan optimizar los logros. Los efectos beneficiosos para un país en el que tanto sus gobernantes, como sus mandantes, exteriorizan su conducta aceptando dichas restricciones, serán cada vez más crecientes, despertando la adhesión de la mayoría de los pueblos.
Los individuos sensatos despiertan confiabilidad. La confiabilidad es el certificado que se emite cuando el comportamiento en el largo plazo se encuadra en los valores por ser deseablemente precedecibles y aceptables.
El test de la sensatez está dado por el mantenimiento de la adhesión a los valores, a través del comportamiento y la palabra, no obstante el deseo de querer diseminar una ideología. La sensatez permite mantener la objetividad del razonamiento no obstante la ideología que se tenga.
El derecho a vivir es superior al derecho a matar. El deudor que no honra una deuda no puede argumentar en contra del acreedor que lo embarga.La autoridad de un país que no respeta el derecho de propiedad no le puede pedir a los inversores que aumenten las inversiones en el país. El contribuyente que no abona correctamente sus impuestos no puede criticar al fisco que le aplica una penalidad. En un país donde hay una inflación significativa no se le puede pedir a los ciudadanos que no compren dólares para proteger sus ahorros, y que acepten la idea de invertir en pesos. Si hay inversores del exterior que compraron acciones de empresas argentinas, no se les puede negar el derecho a percibir una renta en concepto de dividendos nominados en la divisa del país de origen.
La sensatez también consiste en poner a cargo de las funciones de cualquier organización a personas que califiquen profesionalmente para tal cometido.
El aprendizaje concomitantemente con el ejercicio de la función a aprender es de una irresponsabilidad manifiesta. Además de la calificación técnica se necesita que el convocado tenga vocación de aceptar un esfuerzo intenso y sostenido en los años iniciales en que se acomete tal tarea. Hay personas que han pasado por actividades públicas que nunca sabrán todo lo que tenían que haber conocido antes de aceptar el puesto, y todo lo que tendrían que haber analizado cotidianamente en el ejercicio de la función, día a día y durante muchos meses y años para poder haber impulsado la tarea para la cual fueron convocados.
La sensatez es darle prioridad a lo obvio y no darle prioridad a lo no obvio creyendo en la omnipotencia de un golpe de suerte.
La sensatez es estar atentos a los que trabajan con nosotros, pero pensando más en las familias de los que trabajan con nosotros. Se piensa más en sus familias cuando se aumentan las exigencias que cuando se cae en la demagogia irresponsable.
La sensatez es enseñar a pescar más que regalar el pescado.
La sensatez es darle valor al dinero. El contribuyente pidiendo explicaciones por las erogaciones hechas con el dinero aportado a través de los impuestos. El administrador rindiendo cuentas periódicamente entendiendo el esfuerzo hecho por los contribuyentes para suministrar los fondos necesarios que hemos usado.
La sensatez es el sentido común, que debemos procurar que no sea el menos común de los sentidos para que nuestro país crezca en educación y en el respeto a los valores.
Miguel Angel Di Ranni
18.10.2012