Creo en la igualdad de
género, en cuanto a igualdad de oportunidades. La teoría de los cupos no
respeta la igualdad de oportunidades, tanto para los casos de una mujer que
tuviera mayores méritos para alterar dicha igualdad, como en el caso que un
hombre fuera que tuviera mayores méritos.
Creo en la igualdad de
remuneraciones asignadas a los puestos de trabajo, pero creo también en que el
desempeño efectivo puede generar distinción de sueldos, por mayor dedicación,
mayor intensidad laboral, mayores habilidades para alcanzar los objetivos.
No creo en el caso de abuso
de un género respecto al otro, que se tenga que generar un escrache colectivo,
sino que debe ser denunciado en el fuero penal, en la instancia más cercana al
momento en que se produjo el ilícito.
No creo en que el Estado
debe avalar la inimputabilidad del aborto, ni hacerse cargo de los costos del
que ilícitamente lleva adelante dicho acto impropio a los ojos de Dios. Excepto que la mujer embarazada
tuviera en riesgo su vida, en caso que no se interrumpiera la gestación, la
mujer debería proseguir con el embarazo, hasta el momento del nacimiento. El
Estado debería facilitar, luego del seguimiento de dicho proceso, a los fines de
poder asignar a la criatura nacida, en carácter de adopción, en un breve
proceso para producir dicha medida.
El aborto es algo impropio a los ojos de Dios porque se interrumpe discrecionalmente por parte de la mujer (o del hombre y la
mujer, si ambos hubieran consentido tal acto) la viabilidad de un nacimiento,
mediante el procedimiento de aborto.
Al margen que abortar
voluntariamente es algo impropio a los ojos de Dios, hablar de derecho de la mujer de decidir
unilateralmente abortar, no muestra una actitud equitativa de la mujer al creer
que le corresponde esa decisión sin reunir la conformidad también de su pareja.
Ningún médico puede ser
obligado a que practique un aborto, si no estuviera dispuesto a hacerlo por
razones de conciencia.
Ninguna institución médica
tampoco podría ser obligada a que practicara un aborto, excepto que ello fuera
imprescindible porque estuviera en riesgo de vida por parte de la mujer
embarazada.
Ningún asociado de una obra
social debería ser obligado a cubrir la participación en los gastos y honorarios por un aborto,
excepto que dicho aborto hubiera sido necesario para salvar la vida de la mujer
embarazada.
Creo que lo que está intentando
el actual gobierno es lograr que el presupuesto financiero alcance a fines de
2019 un déficit fiscal primario en equilibrio, y luego de ello el paso
siguiente es que dicho equilibrio se alcance también en la instancia del
déficit fiscal secundario, es decir, luego de absorber los costos financieros
que se abonen por la totalidad de la deuda financiera que tiene nuestro país.
Lograr que el presupuesto
financiero de Argentina esté en equilibrio o superavitario es la condición para
asegurar que cesen las crisis recurrentes, que, justamente, se han producido en
los últimos 70 años por la existencia de los presupuestos financieros con un
déficit fiscal de varias veces el PBI. Al alcanzarse ese objetivo, y permanecer
de ahí en más sin déficit fiscal, se reducirá significativamente el riesgo
país, porque la Argentina estará en condiciones de llevar adelante su programa
de Estado dado que no tiene necesidades de financiar ningún déficit fiscal
anual.
Cubierto ese objetivo, luego tendrá que reducirse la presión fiscal, y
concomitantemente deberán ir reduciéndose los subsidios explícitos o implícitos
dados por el hecho de que el Estado argentino tiene que afrontar periódicamente
pagos a 19 millones de personas. Al lograr producir superávit fiscal, se podrá ir
gradualmente reduciendo la deuda nacional que posee el Estado.
Hay que mejorar muchísimo la
educación, a través de una adecuada enseñanza, pero también con muchas horas de
estudio para un adecuado aprendizaje por los alumnos. Los jóvenes deben adquirir el hábito de la lectura cotidiana,
interesándose por diversidad de temas de interés ciudadano. Ese hábito debe
mantenerse aunque ya no se tuviera la tutela de un aprendizaje formal a través
del objetivo prioritario en lograr terminar los estudios primarios, secundarios
y universitarios, en su caso.
Los padres deben procurar
recuperar el seguimiento de la evolución de sus hijos, en los procesos
educativos, y en la atención de la salud de sus cuerpos y espiritus. Las
conversaciones de los padres y los hijos son los hábitos más importantes para fortalecer el proceso educativo.
Miguel Angel Di Ranni
30.12.2018