Educación es instrucción, pensamiento, y conducta derivada de buenos ejemplos y de poseer una clara idea sobre lo que es el deber ser. Es formación y no sólo información.
Es necesario invertir muchas horas de lectura, hábito que debe ser sistemático y permanente. Es necesario pensar y reflexionar. No puede pensarse que lo importante es sólo que se escuche a un profesor dando su clase, si adicionalmente no se le agrega muchas horas de estudio y reflexión en la soledad del cuarto de estudio. La actitud individual del estudio, es un ejercicio activo de una persona frente al libro tratando de incorporar nuevas ideas. Esa actitud es una acción deliberada de incorporar nuevos conocimientos, es una acción concreta de querer lograr algo, y que para dicho logro, se depende exclusivamente de la persistencia en el estudio, de la calidad del mismo, y de la profundidad con que se encaren permanentemente las cosas nuevas.
Escuchar una clase es muy importante, pero es insuficiente, si no se complementa en una relación de uno a cinco, entre el lapso destinado a escuchar una clase y el lapso dedicado al estudio individual y permanente. La lectura debe ser constante y de ejecución diaria, no es recomendable que se altere la habitualidad de dicha práctica.
La crisis proviene más por el hecho de la escasez del estudio del que aprende, que por falencias del que enseña. El trabajo a tiempo completo del estudiante universitario produce claramente que haya una notoria falta de estudio individual. En los estudios superiores, la lectura diaria debería ser como mínimo entre 6 y 8 horas de estudio, de lunes a domingo, además de las horas dedicadas a la asistencia a clase. La realidad es que una gran mayoría de estudiantes universitarios desarrolla la carrera condicionados por el tiempo que le sobra diariamente, luego de dormir 8 horas, de trabajar 8 horas, de asistir a clases durante 3 horas diarias, y de dedicar a la alimentación unas 2 horas por día, a viajar otras 2 horas por día. Y a estudiar individualmente 1 hora por día. Los fines de semana, se podrán agregar 7 horas más de estudios. Ello significa que, en promedio, en el mejor de los casos, se invierten 2 horas de estudio por día, todos los días. Ello es muy insuficiente, en los estudios universitarios.
En los países más avanzados los estudios universitarios se encaran a tiempo completo, lo cual indica que el alumno dedica 3 horas por día para asistir a las clases, y 6 a 8 horas más por día para estudiar en la soledad de un cuarto, reflexionar, practicar, analizar temas diferentes. El estudio implica no sólo identificar un tema concreto, sino haberlo profundizado para saber los temas que se relacionan con el mismo, comprender sus causas y efectos, internalizar los aspectos más esenciales del mencionado tema, familiarizarse con el mismo.
Los estudios universitarios son seguidos por personas físicas, de una manera excepcional, es decir, hay más personas que no incursionan en los estudios universitarios, que los que siguen alguna carrera y terminan graduándose. Los países necesitan graduados universitarios que hayan estudiado entre 6 a 8 horas por día de lunes a domingo y durante al menos entre 5 y 6 años de su vida. Para poder lograr un estudio continuo de entre 6 y 8 horas por día, todos los días, además de las horas previstas para asistir a clases, se necesita que los estudiantes universitarios que trabajan a tiempo completo, estudien a tiempo completo. Deberían preverse la existencia de becas remuneradas para que el estudiante universitario pueda tener un ingreso similar al que hubiera tenido trabajando a tiempo completo, préstamos de honor, mediante los cuales se puedan sufragar las necesidades de sus estudios y de los hogares carenciados, y que deben ser devueltos una vez graduados y en la plenitud del ejercicio profesional.
Deberían organizarse redes de personas físicas y jurídicas que aporten donaciones para poder instaurar el esquema permanente de becas. El graduado universitario que haya podido completar dichas exigencias de estudios, ni bien logre su título comienza a rendir a las personas o entidades que los contraten. Hoy en día dicho rendimiento recién se logra luego de los primeros cuatro o cinco años de haberse graduado, luego de una capacitación autofinanciada o a través de capacitación brindada por las organizaciones que los contratan.
Los países deben tener en sus cuadros dirigenciales, en el Estado y en las entidades privadas, a universitarios graduados que conozcan en profundidad los temas para los cuales se los quiere contratar. Además dichos dirigentes tienen que tener una clara idea del deber ser, a través del respeto a las instituciones como marco en el cual se deben tomar las decisiones: a la Constitución, a las leyes, a las normas morales y éticas.
En concreto un país va adelante si está dirigido, en los aspectos públicos y privados, por personas que respeten las instituciones de la república, que tengan una conducta honesta, moral y ética, y que tengan una educación comprobada que los habilite a estar dirigiendo proyectos y tareas porque saben auténticamente lo que tienen que hacer.
Mejorar la educación en lo esencial es la mejor garantía de un futuro sólido para nuestro país.
Miguel Angel Di Ranni
30.09.2013