Es muy útil la expresión verbal cuando el ser humano mantiene en su conducta una ética mínima que no haya sido perforada por la mentira permanente, toda vez que se quiera conocer el pensamiento de un ser humano. Cuando la mentira dicha por una persona ha vencido a la ética que sostiene, es imprescindible interpretar a la misma exclusivamente por lo que revelan sus actos concretos, en otros términos, la exteriorización de su conducta. Siempre he pensado que la gracia de Dios al proveer al ser humano de la virtud del raciocinio es tal que la persona debe decir la verdad para informar al interlocutor de lo que piensa, aunque dicha revelación conspire o sea negativa para sí misma. Es como mantener la fidelidad a un código de conducta que nos permita recurrir a la palabra como expresión que sintetiza el pensamiento. También he pensado que podrían existir personas que sistemáticamente hicieran uso de la mentira, para disimular sus pensamientos, y mi conclusión fue q...